¿Cómo hacemos para darle estructura organizacional a la estrategia? ¿cómo le damos forma a mi organización en base a mi estrategia?
¡Bienvenidos a este nuevo artículo del blog de Atlas!. En la semana pasada desarrollamos el concepto estrategia operativa para alcanzar los objetivos de nuestro negocio.
La nota de hoy propone entender cómo darle estructura organizacional a la estrategia al alinear el organigrama de nuestra organización en base a la estrategia definida. Para esto, indagaremos sobre los aspectos centrales de la estructura empresarial. Más precisamente en sus formas más comunes, con el objetivo de detectar oportunidades de mejora.
No importa cual sea la vertical, tamaño o características de una empresa. Podemos decir que existen aspectos comunes a cómo la misma se determina. Entender el cómo una organización se conforma en cada uno de estos aspecto es muy importante. Esto nos permitirá modificar y acomodar, de ser necesario, para cumplir con nuestros objetivos.
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Estos aspectos hacen referencia a la cantidad de niveles que conforman la empresa. En cómo la autoridad y responsabilidad se distribuye a lo largo de la misma. ¿Quién reporta a quién?
Esta primera categoría definirá el grado de verticalidad u horizontalidad. Este aspecto estará generalmente acompañado con sus consecuentes ventaja como pueden ser las siguientes.
Las Organizaciones más jóvenes tendrán por lo general una mayor proporción de perfiles generalistas. Eso quiere decir que todos hacen todo. Con el tiempo esto devendrá en mayor número de especialistas conforme las necesidades de tareas se desarrollan.
Este aspecto habla de cómo se dan naturalmente las interacciones en la organización. ¿Están dadas únicamente por la relación jerárquica y procedimientos?. ¿O existen otros componentes que guían nuestras tareas como preferencias, competencias o contexto?.
Conocer distintos tipos de estructura nos servirá para entender dónde cada una hace foco. Siempre considerando sus consiguientes ventajas y desventajas, para poder potenciar las primeras y evitar las últimas.
Este tipo tradicional de esquema permite escalar en una forma relativamente fácil la organización. Además con ellas se facilita la especialización de los colaboradores. Esto tiene la potencial desventaja del posible aislamiento y falta de comunicación entre sectores.
En este caso, cada uno de los productos o proyectos tiene recursos dedicados. Esto puede acelerar tiempos y dar una mejor respuesta en cada caso. Existe la posible desventaja de roles innecesariamente duplicados a lo largo de múltiples proyectos.
Esta organización de las tareas resulta útil cuando la lógica que rige la operación es de difícil adaptación entre regiones o mercados. También cuando existen restricciones de fuerza mayor que condicionan las operaciones.
Este ejemplo se puede ver como una combinación de divisiones. En ella cada persona reporta simultáneamente con dos lógicas. Por ejemplo funcional y por producto.
Este tipo de estructuras busca proveer una mayor flexibilidad y evitar la duplicación innecesaria de recursos. La principal desventaja es u mayor complejidad. Esto puede llevar a la falta de claridad y a la dificultad en priorizar de objetivos.
De esta forma terminamos esta visión general. En la misma tratamos aspectos centrales que intervienen en la forma de nuestra empresa. Así también algunas de las ventajas y desventajas de cada uno.
Es importante recordar que no existe una forma ni solución única en este sentido. Aquí lo importante es definir y de ser necesario reorganizar la estructura organizacional. El objetivo es que la misma esté alineada con la estrategia que definimos para nuestro negocio.
¿Qué tan alineada está la estructura de tu negocio con tu estrategia? ¿Podés encontrar puntos que hagan ruido o que puedan ser mejorados en tu organización?
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